Habilidoso, gambeteador, goleador y crack. Por sobre todas las cosas crack. Norberto Méndez fue una figura indiscutible durante la década del 40 y uno de los máximos valores de la historia del fútbol argentino.
Tucho, como se lo conocía a este notable jugador, inició su carrera en Huracán, donde se destacó por sus grandes actuaciones como entreala derecho. Con apenas 22 años, Guillermo Stábile lo incluyó en el plantel que disputó en Chile el Sudamericano (nombre de la actual Copa América). En aquel certamen convirtió seis tantos (incluido un triplete a Brasil), y Argentina se quedó con el título. Al año siguiente, en el Sudamericano disputado en Buenos Aires, otra vez el conjunto nacional resultó campeón y Méndez aportó su cuota goleadora con un doblete ante Brasil. En 1947 también ganó el certamen y alcanzó los 17 tantos en 17 partidos, resultando el máximo artillero histórico de la Copa América junto con Zizinho, quien disputó 16 encuentros más que el argentino.
Sus sobresalientes actuaciones fueron marca registrada todos los fin de semana en las canchas del fútbol argentino. Luego de convertirse en ídolo de Huracán, en 1948 pasó a Racing, donde conquistó el tricampeonato de 1949/50/51. Tan grande era el cariño que la gente del conjunto de Avellaneda le profesaba, que Méndez sintetizó todos sus sentimientos en una sola frase: "Huracán es mi vieja y Racing mi mujer". Tras sufrir varias lesiones, pasó a Tigre, club en el que disputó 47 partidos entre 1955 y 1956. Al año siguiente retornó a Huracán, donde puso punto final a su destacada carrera. En total, disputó 329 encuentros en Primera División y marcó 123 tantos.